domingo, 10 de noviembre de 2013

10. Alaric + Extra




10.Alaric.
Ya el grupo entero se disponía a ir en busca del mago, separados por pareja, a la cabeza estaban Mary y James seguidos por Sarah y Duke y por Anne y Mikel. Los únicos que hablaban eran Mary y Jem, ya que Sarah estaba demasiado ocupada maldiciendo a Mary para darse cuenta de que a su lado el hombre lobo estaba babeando por ella, casi literalmente. Anne y Michael no se dirigieron la palabra, al menos no hasta que por fin llegaron a la casa de Alaric, a las afueras de la ciudad.
Tocaron el timbre, nadie contestaba, estaban perplejos ya que Alaric les había dado cita para las 11 y 30 y allí se encontraban ellos, en el minuto exacto, parados en su puerta.
La casa era grande, de unos tres pisos, y con más de 10 habitaciones, diría Mary. Tenía una verja que impedía el paso, y a no ser que quisieras tener problemas con un mago dragón que puede chamuscarte con solo rozarte, no la cruzarías sin permiso. La casa estaba cubierta por piedras de color marrón y rojo. Con tejas, en la parte superior, era una casa bastante rústica. Parecía una casa de campo. Situada en un bosque, cerca de un lago, y con miles de árboles que harían que te perdieras si no supieras la dirección.
Anne supuso que sería donde el brujo haría sus potingues, y sus maldiciones porque necesitan privacidad y aislamiento blablaba…
-Perdona James, ¿no es un poco raro que no nos habrá la puerta el tal Alaric.? -Dijo Anne, pasados ya quince minutos. -Estoy hartandome de esperar.
-Voy a tocar otra vez el timbre.
Antes de que Jem pudiera tocar el timbre, la puerta se abrió de par en par, y desde la puerta de la casa salía una sombra, alta y musculosa.
Alaric, era, aparentemente un hombre normal, con el cabello color miel, y la piel normal. Mary esperaba a un hombre bajito y regordete con el pelo azul y la piel naranja o algo así, para su decepción, lo único que llamaba la atención eran los ojos color naranja que éste tenía en forma de ojos de dragón. Ella no sabía mucho sobre los brujos, mucho menos iba a saber sobre éste, había escuchado por Duke, que este es uno de esos hombres que no son lo que aparentan. Que te puede pasar cualquier cosa cuando estás con ellos, resaltando las palabras ‘’cualquier cosa’’

-Bienvenidos a mi morada -dijo éste con una voz soñolienta. -Lamento estar con ropa de dormir. - Iba vestido con una camisa con cuello en V, y unos pantalones de chándal. Un tío normal, lo llamaría Mary, pero no era así.  En un instante chasqueo los dedos, de éstos salieron llamas naranjas que cambiaron su vestimenta en un santiamén, ésta constaba de un pantalón marrón y una camisa blanca parecida a la del ‘’pijama’’ sólo que en la parte superior tenía grabado el símbolo de un dragón. - No os quedéis ahí parados, venga, pasad.

Mary odiaba las primeras impresiones, y más viniendo de seres mágicos. Cuando estaba a punto de entrar a la casa ella se esperaba una casa normal, decorada al estilo occidental, pero no, esta casa por dentro parecía un templo chino, salvó porque tenía también muebles bastantes modernos. Cuando llegaron al salón, éste les ofreció una taza de té, con unas galletitas de la fortuna. Ellos la aceptaron.

-Y bien, ¿Qué hacen un grupito de nefilims, un hombre-lobo y una sirena aquí en mi morada? ¿Qué es lo que queréis? Si son pociones, las náyades, como vuestra amiguita, saben hacer mejores pociones que los magos. Y si es por la fama de mis galletas de la fortuna os puedo asegurar que lo que os digan no va a ser nada del otro mundo y que vuestra amiga, ¡oh! vuestra amiga la sirena, sí la de rosa, es mejor adivina qué todos los magos de Londres.
-No te creas, sólo podemos crear pociones naturales, sin ningún tipo de magia. Y gracias por el piropo, pero hace mucho que deje de hacer predicciones. Otro día si quieres  hablamos del tema, ya que por lo que veo sientes curiosidad por saber como soy una híbrida, pero lo dejaremos para otro momento.
-Espera, tu niña, ¿cuándo me ibas a decir que eras una sirena?- Le dijo Mikel sorprendido.
- No estoy obligada a hablarte de mi vida privada, al igual que tu no me quieres contar de qué conoces a Dafne.
-Sin duda, luego hablaremos. - Mikel le guiña el ojo y ella le hace caso omiso.
-Soy yo la que quería hablar contigo, mi nombre es Marissa, Marissa Herondale, hija de Jace Herondale y Clarissa Morgenstern. He venido aquí, porque mi madre me dijo que viniera en tu búsqueda, que tenías una carta para mí.
-Lo siento querida, no la tengo. Es cierto que tu madre me dejó una carta, pero ayer, creo que te la dí, viniste sola, pasadas las nueve de la noche, con una capucha, y con unos tejanos afirmando ser la hija de Clarissa y pidiéndome la carta.
-No es posible que fuera ella, estaba conmigo anoche pasadas las nueve, fue cuando me persiguió, es imposible que estuviera en dos lugares al mismo tiempo.
-Si es posible… era mi hermana gemela, Lucy.

Extra:
Dibujo de Alaric, con cariño :3
Lamento haber tardado tanto en subir el siguiente capítulo, estoy en épocas de exámenes, y trabajos y no puedo escribir mucho, por lo que si me ausento una semana que sepáis que no es que me halla olvidado sino porque no he tenido el tiempo suficiente para esribir. Un beso, Lorraine :3